Créditos hipotecarios: noviembre se convirtió en el peor mes del año para los préstamos UVA

3 min de lectura
por Iñaki Valencia
departamento caba buenos aires

El impulso que venían mostrando los créditos hipotecarios UVA durante la mayor parte del año se frenó de manera abrupta. Después de varios meses de expectativa, demanda creciente y operaciones aceleradas, noviembre marcó un quiebre inesperado: la colocación de créditos cayó un 51% respecto de octubre, alcanzando su nivel más bajo del año.

El mes cerró con US$180 millones otorgados, muy lejos de los US$372 millones del mes anterior. La magnitud del retroceso no solo frenó la recuperación, sino que llevó al mercado a niveles similares a los de un año atrás. Para muchos analistas, lo ocurrido confirma un dato clave: sin tasas accesibles y condiciones estables, el crédito hipotecario en Argentina no logra sostener un ciclo de expansión prolongado.

El impacto de las tasas y el fin del “apuro electoral”

Durante septiembre y octubre, el mercado había mostrado un impulso fuerte. No era casualidad: muchas familias buscaban cerrar préstamos antes de las elecciones, anticipando posibles cambios en las condiciones financieras. Una vez pasado ese período, la demanda se retrajo y la realidad se hizo evidente: lejos de bajar, las tasas siguieron subiendo.

Varias entidades endurecieron sus líneas: algunas eliminaron beneficios, otras elevaron costos y varias directamente redujeron o discontinuaron sus créditos. Esta dinámica explica buena parte del freno de noviembre. Con tasas superiores al 10% en muchos bancos, y con una liquidez limitada para préstamos a largo plazo, cada vez menos personas califican para acceder a un UVA.

Mientras tanto, la participación del Banco Nación —que mantiene las tasas más competitivas del mercado— creció de manera decisiva. La tasa promedio del mes fue de 5,9%, la más baja desde abril, pero solo gracias al peso del Nación sosteniendo el sistema.

Plazos más largos y un mercado en pausa

Para compensar el aumento de tasas, los plazos también se estiraron. En noviembre, la duración promedio llegó a 25,2 años, una estrategia para bajar las cuotas iniciales y hacer viable la aprobación. Sin embargo, ni siquiera esa adaptación logró evitar el freno general.

El impacto ya se siente en el mercado inmobiliario: en la Ciudad de Buenos Aires, donde hasta hace unos meses más del 90% de los barrios mostraban precios en alza, ahora solo la mitad continúa subiendo. El resto empieza a mostrar ajustes hacia abajo, un comportamiento típico en etapas donde el financiamiento se endurece.

Un mercado que entra en modo espera

Lo que se observa hoy no es un derrumbe, pero sí un cambio de ritmo. El crédito hipotecario ingresa en una fase de pausa, a la espera de que las tasas vuelvan a niveles más razonables y de que la macroeconomía acompañe. Sin mejoras salariales, estabilidad financiera y líneas más competitivas, el acceso a la vivienda vuelve a alejarse para la mayoría.

El freno de noviembre expone una realidad estructural: la demanda existe, pero las condiciones no acompañan. Y hasta que eso cambie, la recuperación del mercado dependerá casi exclusivamente del financiamiento que pueda ofrecer el Banco Nación.

Conclusión

El retroceso de los créditos UVA marca un freno en la recuperación del mercado inmobiliario y evidencia la fragilidad del acceso al crédito en Argentina. Mientras se espera una mejora en las condiciones, quienes buscan alternativas pueden seguir explorando oportunidades y comparando propiedades de forma más eficiente usando IA. Si querés hacerlo de manera rápida y simple, podés comenzar tu búsqueda en roomix.ai.

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